La gestión de aplicaciones en segundo plano se ha convertido en un aspecto crucial para aprovechar al máximo el rendimiento de nuestros dispositivos móviles. Si alguna vez has notado que tu batería se agota de manera sorprendente o que tu teléfono se ralentiza, es probable que las aplicaciones que funcionan en segundo plano estén causando estragos. En este recorrido, te mostraré cómo desactivar esas aplicaciones que, aunque sean útiles, pueden consumir recursos sin que te des cuenta.
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¿Qué son las aplicaciones en segundo plano?
Las aplicaciones en segundo plano son aquellas que continuan funcionando incluso cuando no las estás utilizando directamente. Esto puede incluir servicios como la sincronización de correo, la actualización de redes sociales o incluso la reproducción de música, todo esto sin que te des cuenta. Aunque muchas de ellas son necesarias para el funcionamiento diario de tu móvil, otras sencillamente mantienen procesos abiertos que afectan el rendimiento general.
Imagina que en tu casa tienes varias luces encendidas y dispositivos en funcionamiento. Al final del día, eso consume recursos, tanto de electricidad como de esfuerzo. Así sucede con tu móvil; desactivar algunas de estas aplicaciones te ayudará a mejorar la velocidad y optimizar la duración de la batería.
Fondos de pantalla activos y actualizaciones automáticas
Si utilizas aplicaciones como fondo de pantalla o aquellas que requieren actualizaciones constantes, ya sabes lo que significa tener un dispositivo a medio gas. Estas aplicaciones, si no se gestionan adecuadamente, pueden impactar negativamente en el rendimiento general. Aquí, la clave está en revisar qué aplicaciones realmente necesitas que estén operativas al instante y cuáles pueden esperar.
Recuerda que no todas las aplicaciones que están siempre a tu disposición necesitan estar activas. Desactivar algunas de ellas puede ser el primer paso para un mejor rendimiento. Pero, ¿cómo hacerlo? Es más fácil de lo que parece.
Android pone a tu disposición las herramientas necesarias para gestionar el uso de las aplicaciones. Si deseas que tu dispositivo se mueva más rápido y consuma menos batería, aquí tienes los pasos:
- Accede a la Configuración de tu móvil. Generalmente, es el icono de engranaje en el menú de aplicaciones.
- Busca «Aplicaciones» o «Aplicaciones instaladas». Aquí encontrarás una lista de todas las aplicaciones que tienes; algunas pueden ser desconocidas.
- Selecciona la aplicación que desees. Haz clic en ella para ver más opciones.
- Entra en «Uso de datos». Busca la opción que dice «Permitir uso en segundo plano». Desactívala.
- Repite el proceso. Este es un trabajo que puede parecer tedioso, pero realmente vale la pena hacerlo.
Al realizar estos pasos, estarás tomando el control sobre tu dispositivo. Las aplicaciones que desactives dejarán de correr en segundo plano, ofreciendo un respiro a tu batería y a tu procesador.
Ahora, si eres usuario de iPhone, el camino es igual de sencillo pero con nombres diferentes. Para cambiar la configuración de las aplicaciones en segundo plano, sigue estos pasos:
- Ve a Configuración en tu iPhone.
- Dirígete a «General». Allí encontrarás varias opciones.
- Selecciona «Actualizar en segundo plano». Aquí podrás ver qué aplicaciones están permitidas y cuáles puedes desactivar.
- Elige las aplicaciones que no necesitas. Simplemente ajusta el interruptor al modo desactivado.
Observa que las aplicaciones que desactives aquí no podrán recibir actualizaciones o notificaciones mientras no las utilices, lo que puede marcar una gran diferencia en la experiencia de usuario.
Desactivar aplicaciones en segundo plano no significa que estés limitando tu uso. Es más bien un enfoque reflexivo sobre cómo quieres que tu dispositivo funcione. Por ejemplo, si hoy decides que no quieres recibir notificaciones de Instagram, simplemente apagas esa opción. Pero si alguna vez decides que deseas recibirlas, puedes activarlas nuevamente en cualquier momento.
Por otro lado, recuerda que algunas aplicaciones como navegación GPS, música o como aplicaciones de mensajería instantánea son más útiles funcionando en segundo plano. Así que, la clave está en evaluar según tus hábitos y necesidades.
Consecuencias de no gestionar aplicaciones
Si decides ignorar las aplicaciones en segundo plano, no te sorprendas si al final del día tu batería se agota de manera prematura o tu teléfono se siente más lento. Las consecuencias de no realizar esta gestión pueden ser notorias, como un rendimiento general que deja mucho que desear.
Adicionalmente, un consumo excesivo de datos también puede ocurrir. Las aplicaciones en segundo plano muchas veces utilizan tus datos móviles para realizar actualizaciones y sincronización, lo que puede llevarte a un consumo inesperado. ¿Te has fijado en tu factura de teléfono? Puedes evitar sorpresas en tu próxima factura cuidando qué aplicaciones permiten este uso.
Alternativas para mejorar el rendimiento
Además de desactivar las aplicaciones en segundo plano, existen otros métodos para mejorar el rendimiento:
- Limita las aplicaciones en el inicio. Haz que solo las más importantes se inicien al encender tu dispositivo.
- Utiliza modos de ahorro de batería. La mayoría de los móviles actuales tienen una opción que puede limitar automática la actividad de las aplicaciones en segundo plano cuando la batería está baja.
- Actualiza tu sistema operativo. Mantener tu dispositivo al día garantiza un mejor rendimiento y menos problemas con aplicaciones.
Cada pequeño ajuste cuenta para que tu móvil funcione de la mejor manera posible. Con esto en mente, puedes adaptar tu dispositivo según tus necesidades diarias.
Recuerda que puedes reactivar cualquier aplicación en cualquier momento; simplemente regresa a la configuración y ajusta los permisos. Esta flexibilidad te permite tener un control total sobre tu experiencia con el móvil.