Un protector de pantalla sirve como primera línea de defensa contra rayones y otros daños menores en la pantalla de tu móvil. Sin embargo, no es eterno. Habitualmente pasan desapercibidos hasta que ya es tarde y el daño se ha hecho irreversible. Pero ¿cómo identificar el momento adecuado para cambiarlo?
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Rayones y grietas visibles
Un protector de pantalla cumple su función únicamente mientras está en buenas condiciones. Si observas rayones profundos o grietas, es una señal inequívoca de que ya ha cumplido su ciclo.
A veces, pequeños arañazos pueden no parecer gran cosa, pero esos pequeños daños pueden expandirse y debilitar toda la estructura del protector. Especialmente en protectores de vidrio templado, un rayón podría significar futuros quebrantos aún más grandes. Es preferible actuar de inmediato y evitar posibles problemas a largo plazo.
Problemas de sensibilidad táctil
Con el tiempo, el protector de pantalla puede perder su capacidad de transmitir tus toques al dispositivo de forma efectiva. Esto podría deberse a la acumulación de suciedad, polvo, o simplemente el desgaste del material.
Normalmente, una pérdida de sensibilidad se nota al momento de escribir o al deslizar los dedos por la pantalla. Si descubres que el protector afecta la experiencia de usuario, es una clara señal para considerar reemplazarlo.
Despegado o burbujas de aire
Un protector que comienza a desprenderse, levantarse en las esquinas o tiene burbujas de aire que no logras eliminar, se convierte en un verdadero problema. La acumulación de polvo y partículas debajo de él no solo afean la pantalla, sino que también pueden dañar la superficie.
El pegamento del protector no dura para siempre, y si notas que continuamente tienes que alisar las burbujas o pegar los bordes, es momento de invertir en uno nuevo.
Cambios de claridad o color
Los protectores de pantalla pueden opacarse o decolorarse con el tiempo debido al uso constante y la exposición a elementos. Una pantalla menos clara o con tonos amarillentos no solo es molesta desde el punto de vista estético, también puede afectar la legibilidad y la calidad de la imagen.
Si notas que la pantalla ya no se ve tan nítida como antes, hay alta probabilidad de que el protector haya llegado al final de su vida útil.
Apariencia desgastada
Con el uso diario, el protector puede mostrar señales de desgaste general. Tal desgaste puede manifestarse como bordes desgastados, aspecto envejecido o incluso texturas extrañas.
No subestimes esos cambios visuales, ya que un aspecto desgastado podría ser el síntoma de un protector que está perdiendo efectividad. Todo esto redunda en menos protección para tu dispositivo.
Cuando decides que es momento de reemplazar tu protector, no todos los protectores son iguales. Invertir un poco más en uno de buena calidad puede ahorrarte muchos dolores de cabeza en el futuro. Busca protectores de vidrio templado que ofrecen una gran protección contra impactos y arañazos.
Opta por aquellos marcados como de «alta claridad» y con buena transmisión de tactilidad. Las reseñas de otros usuarios también pueden ser muy útiles para tomar una decisión informada. No olvides limpiar bien la pantalla del móvil antes de aplicar el nuevo protector para evitar burbujas y polvo atrapado.
No te precipites en la aplicación, tómate tu tiempo para colocarlo correctamente y alinear bien los bordes. Algunos protectores vienen con marcos o guías para facilitar su instalación.
Un protector de pantalla tiene la misión de mantener tu móvil en perfecto estado, pero no durará para siempre. Identificar las señales de desgaste y tomar acción a tiempo puede realmente salvar tu dispositivo de daños severos. Recuerda siempre que un pequeño gasto en un nuevo protector puede ser la diferencia entre una pantalla impecable y un costoso reemplazo de pantalla.